sábado, 20 de julio de 2013

Bautizo de campanas








   
Es hora
de arrancarnos la máscara
alojada al fondo de la piel.
Es hora
de hacer callar a golpes
de silencio
la vulgaridad atroz
de las palabras
que al volar hacia el sol
se incendian
de mentiras.

Es hora
de latir bajo párpados
de sombra,
de adentrarse en el Ser,
de arrojarse a la verdad
en carne viva
y sentir cómo duele
el beso de la luz
reveladora.
Sentir que cargamos a diario
con un fardo
de impotencia
las espaldas.

Es hora
de rescatar al niño
que todavía rebusca
en los cajones del destino
una promesa.

Atemos un sueño
a la cintura
de nuestros desengaños.

Recemos a los pájaros
que anidan
todavía en las ramas hondas
de la sangre.

Celebremos
en los altares grises
de nuestra voz
deshabitada
un  nuevo bautizo
de campanas.

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