domingo, 30 de marzo de 2014

Barco de humo




 






















Lanzó
un barco de humo
a atravesar los ríos
del silencio.
El viento dispersó
su carne etérea.

Espoleó
un caballo verde
sobre llanuras ocres,
oxidadas:
bajo sus pasos
se agostaron
las semillas de luz
que iba tejiendo
lentamente el esqueleto
de la tierra.

Luego
envío un haz de esporas
diminutas
a través de la cuenca
del olvido:
las devoraron
los pájaros del agua.

No se rindió.
Tiñó su voluntad
de suicida espuma
y se arrojó en picado
sobre el sol.

sábado, 29 de marzo de 2014

Ceguera


 









Aléjate
- dijo el silencio-:
y me oculte en sus vísceras.

Di
cien pasos atrás
en la retina,
desnudé la memoria
de tumbas y relámpagos,
desvestí las palabras
de brillantes alhajas.
Tracé un camino blanco

entre las sombras
donde  intuir
las huellas de la luz.

Seguí
el rastro de sangre

de mi alma animal,
descubrí
moscas de hiel
zumbando
en llagas ancestrales,
carnavales perpetuos
entre las uñas 

de la hipocresía,
el rencor

exhalando 
un almizcle impuro
desde los labios de la mediocridad.

Entendí 

que toda máscara
es fiel a sus demonios,
que la mentira
suele engalanarse
con suntuosos vestidos
de certeza.

Comprendí
lo absurdo del círculo 

sin fin.

Inoculé
en mi mente
el antídoto
que logre regresarme
del opiáceo sabor
de un paraíso
hecho a medida 

de la vanidad.



jueves, 27 de marzo de 2014

La antepenúltima primavera




















Si aún fuera posible mudarle al tiempo
el rictus de la muerte,

descender
hasta el valle

de la antepenúltima primavera
antes de la hecatombe,
antes del día
que te cerró los párpados
y confirmó la inercia
de las flores
a caer,
a ser  vestido de tu cadáver,
a embriagar de olvido
un corazón palpitante de ternura,

ahogado por el incienso
del sacrificio.

Si fuera posible no pensar,
porque pensar es cavar más hondo,
más hondo
la fosa de la noche,
convocar a los fantasmas
que al fin descansan
de esta lucha sin tregua
que es la vida. 

Si pudiera
rescatar
el último resquicio de luz,
perpetuarme en sus espejos 

insepultos,
ser un poco tú
para creer que,

a medio camino del viacrucis,
la fuente del milagro
puede brotar
a golpe de esperanza.

martes, 25 de marzo de 2014

Colibrí de arena





No tengo excusa.

Me dejé crecer uñas en el alma
y púas en la lengua,
y hasta cuchillos etéreos en las manos.

No tengo excusa.


 Arranqué  a los gorriones su ternura
con la piedra del resentimiento. 
Tatué un dolor 
en las entrañas de la herida
y luego  me vestí de pretextos,
me embadurné del barro de la razón
para no arrancar la costra
que protege mis sombras infantiles,
para no exponer al viento
un corazón en carne viva.

No tengo excusa,
salvo que mi voz,
a veces, 
no es mi voz,
sino la voz de un colibrí de arena
que tiembla bajo su aura diminuta,
revolotea entre  flores imposibles
y se oculta de la luz que lo devora
bajo siete llaves de tiniebla.

domingo, 23 de marzo de 2014

Credo





















Creo en la noche
en su ojo lúcido,
luz-guía
con su índice clavándose
en la herida.

Creo en la duda,
en sus aristas álgidas,
en la verdad que respiran
sus pulmones.
En todo aquello
que no puede expresarse
con palabras.

Me asustan
las que no duelen,
las acróbatas suicidas
en los labios,
las hiladas
con terrones de azúcar 

y relámpagos
que exorcizan las tinieblas
y luego
huyen
por el desagüe de la nada
o naufragan
en cloacas de vacío
cuando
las verdaderas
se ocultan a los ojos,
o se dejan morir
de fiebre o abandono
sobre la cama prolífica
de un sueño.


Tengo fe
en las palabras
inconclusas,
aquellas que respiran
pureza
en el piélago profundo
del silencio.
En las que nacen austeras, 

sin ambages;
en las que caminan de puntillas;

en las que han sido engendradas
en un gesto.

Creo en lo invisible, 

en lo innombrado.

Creo,
en la sombra
que se desnuda 

de prejuicios
y sangra 

un verso de fuego
por sus manos.

viernes, 21 de marzo de 2014

¿De qué color es la Amistad?







   ¿De qué color es la Amistad?

    Dí,
    qué tono adquieren sus mejillas
    cuando se la expone a la luz?
    Sobrevive, cuánto tiempo
    sin esa sonrisa maquillada
    que un día lejano le pintamos
    para no ver sus dientes
    pudriéndose
    en el abismo de la nada,
    sin esos collares de libélula
    que adornan un cuello
    que nació estrangulado
    por tus manos.

    ¿Dí,
    de qué color es la Amistad?

    Apuesto
    que tras sus esmeraldas
    crece invisible el luto;
    que jamás existió
    sino en las grutas del niño
    que no ha muerto,
    y un dia despertó
    creyendo
    haber engendrado
    todo un pueblo de campanas
    para que no sonara a hueco
    el largo largo desierto
    del silencio.

    Dí,
    ¿de qué color puede ser
    aquello que no podemos sentir
    porque no existe?
   

   
   
   

jueves, 20 de marzo de 2014

Desnuda la palabra






Desnuda la palabra.
Róbale al verbo
sus excesos.
Fuera esas joyas
que enmascaran el alma;
sus absurdos guardianes
que no custodian
sino el miedo.

Desnuda la palabra.
Déjala así
a secas
la palabra
a secas
ojerosa
sin tacones

ni maquillaje
ni luciérnagas.


Arráncale la música
de cuajo.

Que transparente
su raquítica figura,
sus huesecillos de tinta
que apenas sí sostienen
un triste cuerpo hinchado
de metáforas.

Que mimetice 

en espejo,
que hable de ti
por ti,
deja que sangre
que muera
si es preciso.
Resucítala luego:
habrá charcos
de luz
aquí
en el desierto

que te habita
donde pueda abrevar
de noche en noche;

charcos de fe
para repoblar de peces
el olvido.

Deja que llore
 que se agite
que te recorra entera
con su lengua.
Si notas que se aleja
descuelga
su teléfono de sombras.

Háblale así,
Sobria
Sola
Desnuda

Lúcida
Transparente

Verdadera.





martes, 18 de marzo de 2014

Muerte de Venus





Venus murió una tarde de domingo
bajo los sauces de las horas lentas,
No hubo duelo, ni lágrimas, ni rosas
ni preguntas,
ni tan siquiera
un lento cortejo de palabras
que acompañaran
su  féretro de espuma.
Sólo
se hizo el silencio
rebelde como un grito
al ver abrirse la puerta
del vacío
que modelaba
la espuma ígnea de sus manos.

El forense constató
que tenía violácea 
la esperanza,
que el dolor había zurcido
sus gestos  a la noche,
que su antigua sonrisa
era una máscara
tatuada entre los labios
por el duende de la decepción
y sus demonios.

Venus
desde hace mil suicidios
es ya carne de abismo.
Un día
se intoxicó de realidad.

Un día,
cansada de sembrar
la sangre
de algún sueño en el viento,
se arrojó a la luz
de la verdad desnuda.

Venus
murió una tarde
de un tiempo sin edad.

domingo, 16 de marzo de 2014

Letargo








Sigo aquí

Mi nombre es Olvido


Y sigo aquí
en una esquina 

de la muerte
que amarillea mi rostro
caducado.

Enciende un fósforo
en tu alma,
que puedas olfatear
mi exilio
y sepas
que aún existo

aunque
deambulen fantasmas
tras mis párpados,
que me corono de reinos
moribundos,
que tengo incendiados 

los huesos
por preguntas de azufre.

Que aún florecen
ninfas en mi sangre.

Tómame 

entre tus manos.
Abre
esta carne
de tinta y pergamino,
desvela toda máscara,
mírate en sus espejos
hasta encontrar al niño

que te deshabitó
cuando llenaste tu alforja
de razones.

Déjame soñarte
otras mil vidas.

Sigo aquí,
en letárgico silencio,
aguardando
que tú me resucites.

jueves, 13 de marzo de 2014

La mendiga del agua
























No puedes verla.
No has mirado
tras las cortinas del cielo.

No puedes verla,
sentir su  escalofrío

ni sanar
sus glándulas de lluvia
que mojan los cristales
del olvido.

Ella te llama
en un idioma incomprensible
para el dogma blando
de tu lengua,
luego
deshace sus trenzas
de dulzura
hasta fundirse
en la noche turbia
de mis venas.

No la conoces.
No has sentido
su peso de eternidad
en mis costillas.
No has visto
un pájaro azul
morir entre sus dedos.

Pronuncias
solo el traje de mi nombre
mientras ella,
la mendiga del agua,
viene a drenar los odres del mundo
que no bebes,
a roer

tiernamente la carne
de mi Voz
hasta dejar solo,
desnudo
su esqueleto.

martes, 11 de marzo de 2014

El hombre de mármol


 















En el jardín
donde han muerto las rosas
yace el hombre de mármol.

Suele dolerse
a diario
de la lluvia,
roída la piel
por un orín de olvidos.

Suele
ser herido
por la luz,
por las sombras.

Allí reina,
allí rumia
su quejido de llanto.
Lleva cuatro caballos
uncidos a las venas,
cada uno
a un punto cardinal
de su destino,
cada uno
sagrado,
irrenunciable.


No me dejéis morir,
- suplica-
no descuarticéis mi corazón
en el vano intento de ser libres.
Nuestros genes de piedra
son un solo lamento,
un cuerpo solo.
Ligad vuestro destino
a mi suerte
¿no escucháis
la voz del agua,
su promesa?

En el jardín del viento
sueña el mármol
ser hombre.

sábado, 8 de marzo de 2014

El Censor





¡Entra en mi ojo!
soy el Censor
¡Entra en mi ojo!

No temas
mis escudos de acero
son animales lentos
impasibles
esqueletos del miedo
cuya carne 
florece
cuando restalla
en Nombre
la caricia o el látigo
de un verbo

¡Entra en mi ojo!

Escucha
el corazón de sus océanos

Una cítara delira sombras
las cultiva
retuerce su lamento
en el iris del luto
insiste
en que camines
por cuerdas espinales
hasta saciar
la sed de espejo
de sus notas
hasta que sangre
amor
el alma pura
de tu sexo
Quiere que inmoles
los cadáveres del trigo
en un nicho de orquídeas
y relámpagos

Mi ceguera es profunda
amor
profunda...
No vislumbro luz
sino a través del vientre
de tu llanto

Ven

En mi ser hay galaxias vírgenes
donde abrevan los ciervos
del Silencio

Yo soy el Silencio
                       Soy el Ciervo
   
Afila bien
tus cuchillos de luz

y degüella
de un tajo
el blues oscuro
que envenenó la noche 

de mi lengua.





lunes, 3 de marzo de 2014

Sublimación del llanto







Ven
Acaricia este vientre de música
con tus huellas amargas
Prolonga tu Voz
en mi voz sin edad

Enciende
en este cuerpo dormido 

el fuego 
dactilar de tu carne
Afila
en el aire una cruz
de raídas espinas
Prometo liberar
por cada duelo del cielo
una lluvia de ángeles

Expón al viento mi llanto

Yo te regalaré
una caricia honda
que pueda ahogar el dolor
y sus cuchillos
Juntos incubaremos
en los pliegues del éter 

pájaros
de inconcebible espuma

Ven
Hay un poema escrito para ti
en las aladas cuerdas
de mi lengua
Un poema
dispuesto a florecer
a vaciarse las venas
hasta el orgasmo de su luz extrema

Sentirás
fundirse la noche
en el estribillo doliente
de tus manos
Sabras entonces
que todo suicidio
todo sueño quebrado
puede interpretar
un arco iris.