jueves, 20 de marzo de 2014

Desnuda la palabra






Desnuda la palabra.
Róbale al verbo
sus excesos.
Fuera esas joyas
que enmascaran el alma;
sus absurdos guardianes
que no custodian
sino el miedo.

Desnuda la palabra.
Déjala así
a secas
la palabra
a secas
ojerosa
sin tacones

ni maquillaje
ni luciérnagas.


Arráncale la música
de cuajo.

Que transparente
su raquítica figura,
sus huesecillos de tinta
que apenas sí sostienen
un triste cuerpo hinchado
de metáforas.

Que mimetice 

en espejo,
que hable de ti
por ti,
deja que sangre
que muera
si es preciso.
Resucítala luego:
habrá charcos
de luz
aquí
en el desierto

que te habita
donde pueda abrevar
de noche en noche;

charcos de fe
para repoblar de peces
el olvido.

Deja que llore
 que se agite
que te recorra entera
con su lengua.
Si notas que se aleja
descuelga
su teléfono de sombras.

Háblale así,
Sobria
Sola
Desnuda

Lúcida
Transparente

Verdadera.





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