sábado, 31 de mayo de 2014

En la ciudad crepuspular



















Cuando el cielo trepó
por la esencia
de su garganta
y parió relámpagos
que golpearon las rocas
y se engendaron versos
en su vientre
de espuma negra y fría,
y los mares secuestraron
su azul
para sedar al niño
que se ahoga noche a noche
 en sus abismos

Ya sabía
de mi voz-cometa

De mi frío glacial
bajo el sol del mediodía

Me amamanté de sombras
que apagaron las velas 

de mi llanto
Y me palpé intangible
en la ciudad crepuscular

Cuando
sedujo una luz
descarnada
la memoria dormida
de todos mis ángeles
de sombras

Cuando
cayó un espejismo
en este embrión
de ojos futuros

Cuando recién nací a la luz
y tropecé de bruces
con el mapa de mis interrogantes
y temblé con el pájaro
allá en lo alto de su torre de marfil
que susurraba
palabras de papel sobre mis párpados

Ya conocía
la voz que aúlla en las esquinas
de la piel

Ya conocía
el secreto de las lágrimas

Ya dejé atrás un camino
sembrado de cadáveres azules.

jueves, 29 de mayo de 2014

En barro de esperanzas

 

















He nadado en un vientre
de silenciosa espuma
Me ha regresado el tiempo
de sus flores dormidas.

Comí un sueño a racimos,
me empapé de sus lámparas.
Extraje
de la luz
savia viva
con la sed de mis labios.

Mordí los huesos
de la noche
uno a uno,
bebí
con mis venas azules
sangre de mar
creciente.

Me he anudado al relámpago,
desmembrado
cada lengua
de hierro,
diluido los ecos
de la casa del frío
en luciérnagas de aire.

Y he regresado
a mi país Palabra,
donde el Ser desprende 

su nube
por cascadas de ausencia,
y emergen
dedos de alma
que tiemblan en preguntas,
gritos,
razones ébrias,
verdad y sombras,
muertes, vidas,
 enigmas...

Y mi voz hecha añicos
de tinta,
diluyéndose
en un lecho de nieve
para seguir latiendo
por sí misma
en sí misma,
para lavar preguntas
en su jugo de lágrimas.

Para ser sólo pájaro

que se esparce en el viento;
para ser solo fuego
de alas,
deseo,
pensamiento
que cuece lentamente
su vinagre de espinas
en barro de esperanzas.





miércoles, 28 de mayo de 2014

Podría haber sido...





 Podría no haber sido yo;
 podría haber rebotado
 de la muerte;
 haberme amanecido
 con una luna llena
 en las mejillas;
 haber inaugurado
 la luz de las luciérnagas.
 
 Podría engendrar ahora
 un poema de sangre,
 haberlo amamantado con mi risa.
 Podría haber nacido halcón
 y agazaparme
 entre violetas  y jazmines,
 y sobrevolar el cielo de la duda
 hasta atrapar ratones de inocencia.

 Podría haber untado
 mis pezuñas
 en harina de música
 y encandilar así a las bestias
 del hastío,
 podría haberme reinventado
 una y mil veces
 sobre las bambalinas
 de este absurdo teatro de la vida;
 mostrar al mundo
 mis taimados dientes,
 serpentear en pupilas delirantes.

 Podría haber sido tan feliz
 si yo no fuese yo;
 si no hubiese nacido
 con la verdad mordiéndome las uñas,
 con la palabra en trance,
 con los ojos dolidos de saberse
 una mota de sombra
 en sus pupilas.

 
 
   
      
 
  
  
   
   
   
   
    
    

martes, 27 de mayo de 2014

Mi sangre, a veces...










  

Mi sangre, a veces,
ignora la cordura.
Vuela de tarde en tarde
a lomos de un viento incomprensible;

se arroja desnuda
al vacío
por la ventana
de sus razones;

sacude al cielo
las raíces
que vierte por sus poros
la noche,
o muerde mis dedos
con sus dientes de abismo
para huir a los brazos
oscuros de un poema.

Mi sangre, a veces,
lucha
contra su piel de sombras.
Lidia
pájaros al alba.
Escucha
el tañido mudo
de la campana del silencio
lamer sus ojos cálidos
para observar los huesos 

de la niebla.

Mi sangre, a veces,
despierta
para soñarse
entre mil verbos blancos,
o se mece en la música imposible
de un violín de quimeras,

A veces, sacudo su estupidez
congénita
y la libero de estrellas,
y la atraigo a la tierra
y la encadeno férreamente
a mis manos.

Ella me  mira,
triste, con los ojos de un sueño
apaleado
por los perros de la existencia
y se suicida
lentamente entre la tibia cárcel
de sus venas.






lunes, 26 de mayo de 2014

Lo que no veis

 





















Lo que no veis
acude
a husmear la sangre
del animal herido en la cacería 

de la luz.

Lo que no veis
se estremece en un pálpito
anudado
a la zona horaria 

de los recuerdos indelebles.

Muerden
un día tras otro
la piel de la utopía
sus dientes funerarios.

Lo que no veis
desembarca en los calabozos 

de la soledad,
declara
el estado de sitio a mis pupilas
y azuza
uno a uno
a los pájaros anestesiados que pueblan 

las arterias de mi voz,
desintegrándolos
en un delirio de palabras.

domingo, 25 de mayo de 2014

Como la espuma















Como la espuma, soy,
como la espuma
emerjo de un potro azul
que se desplaza
sobre la espina dorsal de algún delirio;
beso al aire, y el aire  me sostiene,
luego empuja mis designios a la nada
y yo vomito entonces

algún fusil de plata por mi lengua.
Cavo una tumba a mi nombre con las alas
de una paloma trágica,
en esa playa remota y pura
donde  varan
todos mis verbos blancos.


Soy una voz errante
husmeando su propia sombra diluida.
Suelo posar mis dedos
en la garganta honda de los pájaros
hasta hacer sangrar la primavera. 


Vibro en el viento que mece las esperas,
y alborota las hojas del silencio,
y balancea mi nombre de cruz
de tarde en tarde
en los columpios de la dicha.
Me hago un ovillo con mis pensamientos
cuando siento el acero de la noche
rozarme las mejillas.

No me busquéis
sino es al rojo vivo entre los brazos
de fuego del poema
donde vuelco las rosas dolientes
de mis venas, allí muero
mil veces,
allí sigo gestando

una memoria  de abismo y amapolas.
 

Soy vuestra
si sabéis anudarme un horizonte 
de latidos al cuello.
Soy vuestra
si podéis devorar hasta los huesos
la carne de mis versos. 



 









sábado, 24 de mayo de 2014

Vanidad






















 







 
No decapitéis este delirio:
dejadme
expandir una quimera,
irisar
el pulmón de la rutina
con mi lengua procaz,
reproducirme en mis genes incendiarios
a cien seudosentencias por silencio.
Dejadme
habitar la buhardilla
de vuestra mente ciega
a lomos de un caballo sideral,
danzar
sobre manglares de misterio,
sobrevolar vuestros sueños vagabundos,
violar sus cítaras de luz,
sobrevivivir al suicidio de sus notas.

Y así,
infectados con el ántrax de mi Sombra,
drogados con el mescal de la belleza,
modelaré  la galaxia
de vuestros incautos corazones.

Dormid.
Seguid sedados
bajo la virtual hipnosis de mi nombre.
Alimentad
con sangre crédula
al vampiro
encumbrado en la torre
de un palacio llamado Vanidad.



jueves, 22 de mayo de 2014

No temas

 






















No temas:

es el viento
quien golpea el cristal
del silencio.

Es la lluvia,
su llanto
desbordándose
de la cuna del cielo.

No temas:

las palabras que callamos
se ahogaron
en un mar de miseria.

No vendrán
con la luna
los lobos del reproche
a morder nuestras tumbas.
Ni habrá más armisticios
en las guerras del alba.

Puedo abrir
una brecha infinita en el aire
y levantar un muro
de treinta mil olvidos.
Puedo
amasar otro pan 

de inocencia
con mi fe
encallecida
de apuntalar estrellas.

No temas,
sé alimentar mis sueños
con raíces de nieve
y volverme latido de barro,
y sellar las puertas 

de mi alma
con la tinta de un verso.

Y sentarme
al pie de una esperanza
a tejer lo imposible.

Tendréis que disculparlo









 












 

Tendréis que disculparlo.

Traté de ser su luz,
de adoctrinar su gesto;
esa costumbre tan suya
de arrancarse palomas del pecho
cada vez que soñaba.

Tendréis que disculpar
su estupidez innata,
su absoluta falta de glamour.
El anacronismo de sus interrogantes.

Disculpad
que olvide siempre llevar  al carnaval
un disfraz de palabras oportunas.
Que llegue tarde a las fiestas del olvido,
con el barro manchando sus zapatos.




Mi pobre corazón.
Él, que tropieza en casi todas las aceras
con su pasito decidido y torpe.


Solo puedo alegar a su favor que,
en cada trazo de alma,
en esa voz
que converge
en un crisol desesperado de palabras,
yace grabado a fuego el magma de su sangre.

miércoles, 21 de mayo de 2014

La niña






 
















Es la niña que crece
en mi vientre
de espuma
quien habla
La niña
que viste
a cada lágrima
su armadura de leche
quien empuña
su sombra de arista
en las flores del aire
y derrama
un cadáver de miel
sobre alfombras
de huellas futuras

Es la niña
con sus manos de túnel
con su frente de abismo
con su bandera
de alma
quien alumbra
la ansiedad de la noche

De la noche
que roe
con sus dientes de luna
las esquinas
de un sueño


De la noche que exuda
sábanas de silencio
por sus cuatro
dolientes costados

Es la niña
quien combate los monstruos
del armario de sombras

La niña
quien sabe hablar en rojo
por mis diez verdes labios

La niña
quien golpea
día a día
la pared de mis venas
con su nombre de aurora.






martes, 20 de mayo de 2014

Yo creía...














 












Yo Creía...
Sacudía mis zapatos de noche
y volaba

sobre la lira de un poema,
atravesando
la cruz hostil de toda forma,
cruzando el puente de cada una
de mis muertes.
Olfateando larvas de luz en los charcos
del cielo.
Me reinventaba.

Soñaba...

Yo creía.

Hasta que una voz anudada al silencio
grito:
-El oro ha muerto -
Y ya las flores
dejaron de perpetuar sus raíces
en mi lengua.

Duele,
duele esta lluvia ácida en los ojos;
esta plata triste que espejea
los verbos
y los nutre de horas caducas 

y de arena,
y deja ver su cuerpo henchido
de tinieblas
revolviéndose
sobre los tejados de la decepción.

Yo creía...

Aún creo.
Porque es un Credo esta búsqueda
de no se sabe qué
bajo las venas.

Yo creía y soñaba
Y moría
y volvía a renacer,
como esta tarde
en la que se ha convertido en lluvia
la memoria.



Cuando éramos canción
















 
















Desnuda el tiempo último
que habló de nuestros huesos
encendidos.
Desentierra los gestos, las palabras,
el  último trayecto de la luz
en la órbita viva
de los labios.

Siéntate en el silencio dorado
y desenreda
la telaraña febril
de la esperanza.

Cuando éramos Viento
que golpeaba
cristales de coral
y astros futuros.

Cuando no éramos aún
árboles hondos
curvados por el hambre
de la tierra.

Cuando una voz de luna
sobrevolaba
nuestras ojos atados
a las sombras,
y un sueño alimentaba
ciegamente
la hoguera de los días.

Cuando éramos canción
y reinventábamos
los mapas de la vida
bajo la tumba gris
de nuestros nombres.




 

lunes, 19 de mayo de 2014

Destino o azar

 

















Yo,
mota de arena 
y sombras,
astilla de luz
y carne
proyectada
en intersecciones
de futuro.
Yo,
pájaro de papel,
extraviado
en alguna región
de su esperanza.
Maldecida,
bendecida
con un nombre
y un credo.

Yo,
que desconozco
la tercera parte
de mi savia,
que avivo hogueras
grises
con raídos silencios
y me crezco en esperas
incendiarias.

Yo,
que ignoro
si destino o azar
me concibieron,

que soy trayectoria,
que a mis huesos
invisibles relámpagos
desatan,
raíces esparcidas
en el viento,
azares de tinieblas,
inconsistencias blancas.

Que muero
en un vacío de pronombres
y resucito
en latido de palabras.

Que conozco
a las sirenas
del abismo,
y a los monstruos
que habitan
las entrañas.

Que a la órbita loca
de mi sangre
la desvió
un día
el hechizo
de tu alma.

domingo, 18 de mayo de 2014

En tierra de nadie

 



















Qué soledad,
Palabra,
qué vacío
pensar extraño el aire,
agitar tu cruz
sobre la nada,
sentir la nada
rodear tu cuerpo astral;
saberte
muerta
sobre alguna orilla
ignota;

imaginar 
que los perros de la luz
husmearán
tu cadáver caliente todavía,
cubrirán
de pétreos pétalos
su cuello
y esparcirán una sombra
en tu memoria.

Reza al silencio,
oscuro corazón.
Mira como las ondas se conmueven.
Ata
la seda pura de una lágrima
al viento del norte
hasta deshacer tu voz
amarga. Ahora siente
la bilis de lo absurdo
recorrerte las venas palmo a palmo.
Contempla
cómo un mar árido
vomita
una tumba de nombres imposibles
en los restos de sangre
de tu boca.

viernes, 16 de mayo de 2014

La miel de los abismos




















Déjame recorrerte
de la piel a las sueños,
extraer de tu boca
la miel de los abismos.
Espiarte con llamas
en los ojos,
desnudar el silencio
con violines de sangre.

Quiero
desentrañar los pozos
de la noche,
vestirme de luna
para amarte
en luz a cada instante.

Libar huesos de estrella.
Enredarme en los brazos
de tu alma.
Saciar
cada segundo
sellado en sal
con besos de esperanza.

Tierra seré,
surcada
por el mar de tus manos.
Verso mudo
tejido a fuego lento
en poema de carne.

Raíz eterna de ti.
Sed ahogada en la lumbre
de los labios.

jueves, 15 de mayo de 2014

Pan de ausencias

 
















He debido rondar
los silos de la muerte.
He debido caerme
de los altos peldaños
de los sueños
esta mañana
horneada
en pan de ausencias
que cuelga
pronombres vivos 
en mis labios.

He debido
husmear
como los perros
el rastro atroz
de los silencios
para dormir al raso
de sus voces
que hoy habitan 

las aceras de mi sangre.

Sólo sé
que me puebla
la médula de su alma
los huesos más profundos,
que existo  en el tiempo gris
de sus pupilas.

Quisiera
desespinar de dolor
este grito
que horada
las venas del olvido
palmo a palmo
y despertarme
en un tiempo niño todavía,
con un sol que alumbrara
los delirios
del corazón
que aún reza rostros, labios,
ojos,
todos teñidos de ayeres,
todos blancos,
como cosidos
a una aurora irrepetible
que amaneciese en lo alto
de mis lágrimas.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Las torres de luz de tu mirada





















Ven,
regrésame
a las  torres de luz
de tu mirada.
Haz de mi nombre
campana de resurrección.

He capturado
un sueño para ti
bajo este ovillo
de niebla
que envuelve
la ciudad dormida
de la espera.

 He peinado
las sombras
que interfieren las ondas
del relámpago
con espejos que  hablan
al silencio
de semillas sembradas
en los labios,
de cadencias sonámbulas
que imantan
las sábanas secretas
de la noche,
de lunas
que danzan todavía
bajo el onírico vals
de las caricias.

Ven,
seamos raíz
de estrellas
girando
sobre  agujas de tiempo
enmudecido.

martes, 13 de mayo de 2014

Resurrección



 




















Soy la misma
y soy otra
a cada golpe alado de mis venas.
Nazco y muero
en mis verbos incendiados.
Habito 

madrigueras celestes
y panales de días grises 

e infinitos.

Calzo
zapatos de estrella
o lirios rotos
o rasgados enigmas
que alimentan
mis raíces
de pretérita espuma.

Sueño:
¡Náceme,
flor o alondra,
o reptil, o sabandija
o águila!

Dame tu sangre fértil.
Que alimente
al  pájaro de luz
que picotea
los cuatros puntos cardinales
del hastío.

¡Despierta, 

pálpito de sombra!

El Ser que duerme en ti
ansía
sembrarse
en el poema de la tierra.




domingo, 11 de mayo de 2014

Conjúgame en silencio


 























Conjúgame en silencio
     Prepara un cóctel de luz
     con los verbos coagulados
     en la sangre
 Busca
      un futuro perfecto entre mis labios
Agrégale 
     el pretérito imperfecto de tu sombra
     cuando trepaba
     sobre el muro azul de una promesa
Agita bien la mezcla
     bebamos su miscelánea espuma
     en una copa de sueños enfrentados

Conjúgame en silencio
     Deja a mi mente
     husmear en tus  huellas
     A la ilusión soñando todavía
     sobre un mullido lecho de pronombres

  Amame
     en todo tiempo, lugar y modo
 Ámame
     aunque se vaya muriendo nuestra fe
     Auque haya encallado nuestro barco
     bajo el reloj de arena de la vida
     y  la esperanza envejezca
     y a los ojos les cueste distinguir
     el rostro de la luz
     y trepane  la nostalgia
     cada hueso

     Aunque los adjetivos
     acudan al velatorio del olvido
     a custodiar
     el féretro
     donde reposen nuestros nombres 
             
     Aunque se torne opaco
     el cielo
     y  una lluvia de plomo
     flagele tu recuerdo y mis heridas
   
Ámame:
    Deja a tu alma
    conjugar la elegía de mi voz
    bajo el árbol puro del poema.
           
               



                               
                           


       
               



   
                   

viernes, 9 de mayo de 2014

Congelar los ruiseñores

 
















que no ha llegado la hora
todavía
de tejerse estrellas
en los huesos.

No ha llegado la hora
todavía
de ordeñar las campanas
que injertan
mil tañidos de aliento
en el vacío.


que las asépticas manos
del invierno
coagulan hemorragias
de amapolas.

Pero un día
regresarán las aves del delirio
hacia sus nidos de oro.

que entonces
a los rios nevados
de la sangre
han de acudir
a beber
siete luciérnagas,
que tatuarán su luz
en tus pupilas.

Hoy
todavía las palabras
visten uñas de acero
y arrancan
a la fe
sus alas débiles.

Hoy todavía
en los neveros del silencio
es tiempo
de congelar los ruiseñores.

jueves, 8 de mayo de 2014

Los perros de la duda



















Ahora
que las palabras
desnudan su ropaje
de máscaras
y acuden
a golpearnos de verdad,
a incubar
sus criaturas de sombra
en nuestros huesos.

Ahora
que desando
pisadas de esperanza,
que el silencio se ahonda
en las pupilas
y supura nostalgia
a manos llenas.

Ahora
que me persiguen
los perros
de la duda,
rastreadores sin tregua
del cadáver
de tus huellas hundidas
en mis ojos.

Díme
que la cera de mi voz
se derritió
en el aire de los sueños,
que mis venas
nunca enraizaron lunas
en tu sangre;
que has deshecho los
nudos
que aprietan la garganta
del silencio
para deshabitarme.

Dímelo
y me hundiré
 en la tumba
de mis besos vacíos,
y arrojaré al abismo
la llave
que custodió tu nombre;
tu nombre
que sostiene
en sus manos
todavía
la semilla de plomo
de mis lágrimas.
 

miércoles, 7 de mayo de 2014

El piano de luz de tu sonrisa






 























Déjame
un vuelo de palomas
en la esquina gris
de las ausencias.

Regálame
lingotes de recuerdos;
cuélgalos en mis venas,
que fluyan hondamente
y pronuncien
tu piel
con el acento agudo
del deseo.

Préstame
el piano de luz
de tu sonrisa
para que alumbre
las grietas de la noche.

Yo mantendré encendidas
estas manos
que dibujan tu cuerpo
en el vacío.
Afilaré el cuchillo
de mis labios
y tatuaré tu nombre
sobre el lecho de un tiempo
que nos sueñe.

martes, 6 de mayo de 2014

Me pregunto...





















Me pregunto
si reconoces a la mujer
que habita en el bosque
de su noche.

Si has expandido
tu mente
más allá de mi voz
cotidiana,
más allá de esta silueta
sonámbula
que  modelas en la sed
de tus labios
y viene siempre a beberte
en instantes de luz,
a escudriñar la tierna sombra
de tus ojos,
a perderse en el oleaje rotundo
de tus brazos.


Me pregunto
si has sentido el rayo
atravesar
gargantas de sombra
hasta la arena oscura
de mi sangre.

Si has caminado
por la música
que me crece
en las venas
hasta alcanzar las simas
de la palabra
que madura
en el árbol silencio.

Si no has pintado
con tu fuego
mi alma
del color de la aurora.

¿No reconoces
esta grito que sangra
a través del espejo?

¿Estas manos
que se nutren
de claroscuros?

Me pregunto
yo también
por mi nombre mil veces,
y quisiera
mostrarte mis huellas
más hondas,
mostrarte
todas las flores
que robé del paraíso
cuando en mi oído
azota
el cierzo febril
de la ausencia.

Quisiera que leyeras
el corazón
que late
entre mis dedos,
que atraparas
un día
su luz
también
desde el solsticio
de tu sueños blancos.

lunes, 5 de mayo de 2014

Allí donde me habitas


 

















Me habitas
entre dientes.
Me lates
tras los ojos.
Me creces
en las manos
que apenas desdibujan
tu silueta de aíre.

Me desangras
en lágrimas de luz,
en manantiales verdes
que brotan en cascada
de un corazón que sangra
espuma de temblor
y caracolas de agua.

Me sueñas
en los brazos de fuego
del silencio.
Me tejes
de misterio.
Me inyectas
una aguja de sol
entre la niebla,
cuando la soledad
se cuelga de mis dedos.

Me inventas 

entre llagas.
Me olvidas 

entre llantos.

Me mueles las espinas
con besos de esperanza.

Y yo me precipito
en pulmón de horizontes.

Cuelgo tu sombra verde
de mi espalda
y espero
la próxima parada
de tu tren
en mis venas.

domingo, 4 de mayo de 2014

Océanos de nieve

 



















Es este lento curso de rio
que nos contiene
y nos desangra.
Nos sabe piedras,
peces de sombra
enganchados
a un anzuelo
de silencios,
Arcángeles de barro
modelados 

en alas de miseria.

Es el roerle
a la verdad
los huesos.
Cultivar gusanos
en líquido de olvidos.
Abrigar lo no dicho
con palabras
de arena,
para ocultar
la insidiosa voz
de los espejos.

De qué sirve
afilar
cuchillos de luz,
cuando la noche
se agiganta
en los pasillos del olvido.

De qué sirve
golpear la fe
contra los muros
de tus ojos ciegos,
de qué sirve
ladrar a un viento verde
con la garganta en llamas,

desenterrar los huesos
de la verdad
que un día
devoramos
para sobrevivirnos
mutuamente
mientras buceamos
bajo este océano de nieve. 

viernes, 2 de mayo de 2014

Pájaro de la soledad

  



















    Pájaro de la soledad,
    vuela por las paredes
    de mi alcoba,
    salta de sombra en sombra
    hacia el abismo
    precipitado en luz.
    Disuelve
    entre mi sangre pálida
    la espuma de tu canto.

    Días han de venir
    en que sople
    el negro viento alado del Norte
    y escarbe
    con su pico de acero
    en la nostalgia.

    Días han de llegar
    en los que agite mi Voz
    de noche en noche
    por los tejados del aullido
    como un gato
    cautivo de las sombras.

    Hoy
    mis uñas arañan el vacío
    con el ansia de un niño
    que cree atrapar un sueño
    entre sus manos.
    Hoy
    sólo deseo beber tu sangre
    de oscuro océano,
    bucear bajo las venas
    de la Búsqueda,
    crecer de hora en hora
    en tu vientre
    de espuma y de relámpago,
    saciarme de tus ojos
    hasta sentir su acero
    royendo mi costado,
    y deshacerme tierna
    lentamente
    en el gélido fuego
    de tu abrazo
    hasta conocer tu nombre
    mi nombre
    verdadero.