lunes, 19 de enero de 2015

Cuando llueva el sol



Cuando llueva el sol,
cuando un nimbus de llanto
pellizque a destiempo
su espíritu de estrella
y arroje a tu rostro los pétalos
de la ira
y se columpie
sobre la faz de sus temores,
entonces
te veré
descender nuevamente
una a una
todas las escalas del silencio.
Te sentarás bajo el porche
de cualquier verdad ensangrentada,
encenderás un fuego fatuo
que espante a las fieras
del olvido
y cuando ya no queden luces en el cielo
que adorar
vendrás de nuevo a beber el veneno
del misterio
de la copa de un poema polvoriento.
Cuando llueva el sol
un compás de tinieblas,
verás que al final de la desdicha
una luciérnaga alzará
su minúsculo faro al infinito
para no perder sus pasos 
ni su alma.
Te sentarás a observar la noche de su canto
hasta que el alba embriague la cordura
y el astro rey vuelva a proyectar
los rayos de su destino
en tus cabellos.






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