domingo, 2 de octubre de 2016

Licantropía de espumas



Acostumbraba a quitarse las espinas
con carne de relámpagos,
a envolver su magia en piedra o en palabra.
Pensaba (ingenuamente)
“ así es como uno debe arrancarse los oscuros racimos
de la muerte”
Fructificaba en su alma una ira
blanca y dulce,
una creciente ira lunar que sofocaba el aullido
de las sombras.
Creyó ver resurgir entre tumbas
auroras boreales.
Abrió en canal su vientre
y echaron a volar
lamias y víboras, cadáveres
de pájaros, niños
castrados de azul, semidioses
de humo...
Realizó incontables autopsias
al olvido,
desconociendo
que la palabra es un cigarro
que nos va consumiendo lentamente
y deja, al final, en los labios un beso
ceniciento y turbio,
un ictérico sabor
 a despedida.

1 comentario:

  1. Realmente Rosa ,tienes un tesoro en letras ,bellas y encantadoras metáforas me dejan deslumbrada.Felicitaciones !!

    Un abrazo !!! Me encanta tu blogs

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